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Desde que era chiquilla cuando viajo en coche y en el asiento del copiloto, he tenido afición por mirar por la ventanilla el espejo retrovisor y ver como los elementos del paisaje se van alejando y haciéndose cada vez más chiquititos hasta que finalmente desaparecen y aparecen otros nuevos.
Y así todo el rato, durante todo el viaje.

Pero resulta ser que no es el paisaje lo que siempre desaparece, resulta ser que ahora, a estas alturas, son otros elementos los que cada vez se hacen más pequeñitos y alejados.

Y resulta ser que por primera vez la afición se ha convertido en agonía.

¿Será porque el viaje termina?
Prrrffffff a saber....
pero a ver si llego al final ya coño que me estoy mareando...